Rótulo | SP 95 | SP 98 | GA | GA+ |
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21-Nov-2024 Tras más de un día de deliberación, los miembros del jurado han avalado los alegatos expuestos por el anciano durante el juicio recientemente celebrado en la Audiencia Provincial de Balears: que actuó en legítima defensa cuando el atracador se abalanzó sobre él para agredirle¿Homicidio o legítima defensa?: la controvertida condena al anciano que mató a un ladrón en Mallorca El jurado popular ha declarado inocente a Pau Rigo, el jubilado de 82 años acusado de matar con su escopeta a uno de los ladrones que asaltó su domicilio en Porreres (Mallorca) en febrero de 2018. Tras más de un día de deliberación, los miembros del jurado han avalado en su esencia los alegatos expuestos por el anciano durante el juicio recientemente celebrado en la Audiencia Provincial de Balears: que actuó en legítima defensa cuando el atracador se abalanzó sobre él para agredirle. El anciano se ha sentado por segunda vez en el banquillo de los acusados, en la Audiencia Provincial de Balears, tras ya haber sido juzgado por los mismos hechos en septiembre de 2023. En aquella ocasión, otro jurado le declaró culpable mediante una resolución que desató la controversia y reabrió el debate acerca de la legítima defensa y si en este caso se produjo o no una reacción proporcionada por parte del jubilado. Tras ello, la Justicia anuló el veredicto de culpabilidad por diversos errores en su planteamiento y la Audiencia Provincial exoneró finalmente al anciano al considerar que no había prueba “suficiente” de que el acusado tuviese “ánimo de causar la muerte” del asaltante. El pasado mes de mayo, sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJIB) declaraba nula la absolución a petición de la Fiscalía y ordenaba la repetición del juicio. Durante su declaración en la vista oral, Rigo defendió que disparó con su escopeta al ver que, en un momento dado, el ladrón se dirigió hacia él y pensó que iba a matarle. El hombre relató que, durante el episodio, los asaltantes -dos hermanos- “cada vez se pusieron más nerviosos y violentos”: “Me empujaban y me preguntaban dónde tenía el dinero hasta que en un momento no pude más. Pensé: 'Esta gente me va a matar'”. “Lo hice para defenderme. ¿Qué tenía que haber hecho? ¿Dejarme matar?”, espetó dirigiéndose al tribunal. A preguntas de la fiscal, Rigo recordó que, en un instante en que salió al exterior de la vivienda, en la que vivía junto a su exmujer, fue abordado por dos encapuchados [en alusión a los dos hermanos], quienes le agarraron y “retorcieron” su brazo, le taparon la boca y le agarraron por el cuello. “Me dijeron que me calmara. Por lo que decían, pensaban que tenía 200.000 euros en casa. Me introdujeron dentro de la casa mientras me decían que estuviera tranquilo, que venían a llevarse el dinero. Lo primero que me pidieron fue la caja fuerte. Salí de nuevo porque la llave la tenía en el coche”. “Nunca pensé en disparar. Fue en defensa propia” De nuevo dentro del chalet, bajó al sótano con uno de los dos [supuestamente Fredy] mientras el otro asaltante se quedó con su mujer en su habitacion. Al comprobar que en la caja fuerte únicamente había 15.000 euros, “volvimos a subir y cada vez se ponian más nerviosos y violentos. Yo les decía que se fueran, pero me zarandeaban y me preguntaban dónde estaba el dinero hasta que un momento no pude más y decidí hacer algo: defenderme”. El anciano recordó que tenía “mucho miedo” dado que hacía unos meses había sufrido otro robo en el que le “habían puesto la pistola en la cabeza y un cuchillo en el cuello. Me dejaron atado y secuestrado. Pensé que me iban a hacer lo mismo con las bridas”. En un momento dado en que los atracadores “subían y bajaban”, Rigo relató que cogió la escopeta, que le había dado tiempo a cargar. “Le dije a mi mujer que se quedara en la habitación y que no se moviera. Aparecieron los dos hermanos y me golpearon. Me rompieron la columna vertebral”, explicó. En el instante en que se abalanzaron nuevamente sobre él -“estábamos muy cerca”-, el jubilado, que entonces tenía 78 años, apretó el gatillo. “Nunca pensé en disparar. Fue en defensa propia. Yo no ataqué, me atacaron, que no es lo mismo. Fui atacado teniendo la escopeta en las manos, y ¿qué iba a hacer? Disparé a bulto. No sabía dónde había disparado”, aseguró. Por su parte, Fredy E., hermano del fallecido, aseguró que en ningún momento mostraron violencia alguna antes del disparo: “Yo estaba muy nervioso y ansioso, solo me quería ir. Creo que cargamos dos mochilas [con 15.000 euros procedentes de una caja fuerte]. A continuacion, comenzamos a subir las escaleras, mi hermano delante de mí. De repente nos encontramos a Pau con la escopeta apuntando, diciéndole a mi hermano: 'Te mato', y le disparó. Mi hermano reaccionó lamentándose 'me mató, me mató' y cayó a un lateral. Fue todo muy rápido, no dio tiempo a hacer nada”, apuntó Fredy. Visiblememente emocionado, trasladó al tribunal: “Es una tortura para mí, es recordarlo día tras día”, momento en el que la magistrada ordenó un receso. Al reiniciarse la vista oral, el acusado insistió en que fue “algo muy sorpresivo”. “Fui a coger a mi hermano y vi que Pau estaba cargando de nuevo la escopeta, me giré e iniciamos un forcejeo. Me abalancé sobre él para quitarle la escopeta, pero hasta ese momento no había recibido ningún golpe. Le golpeé para que soltara la escopeta. Al caer al suelo pude arrebatársela, cogí a mi hermano y lancé la escopeta al campo”. Fredy E. finalizó su intervención mostrándose “segurisimo” de que si en algún momento previo al disparo hubiera golpeado al anciano, “no estaría aquí sentado”. “Pueden decir que soy la persona más mala del mundo, pero sé exactamente lo que pasó. Antes del disparo en ningún momento le agredí. Fue una mala decisión [perpetrar el robo] y quería irme porque sé que estaba haciendo una cosa mala. No vengo a echarle en cara nada ni a decirle que sea un asesino. Le tengo empatía, podría ser mi abuelo”, concluyó.
21-Nov-2024 El jurado popular ha emitido su veredicto este jueves por la tarde en la Audiencia de Palma tras casi dos días de deliberación.
21-Nov-2024 La Audiencia Provincial de Palma celebra este jueves la vista previa del juicio contra cinco hombres acusados de intentar introducir en Mallorca más de 1.700 kilos de cocaína a bordo de una narcolancha, para quienes la Fiscalía solicita una pena total de 30 años de prisión.Los hechos tuvieron lugar sobre las cuatro de la madrugada del 21 de abril de 2023, cuando, tal y como habían acordado los acusados previamente, tres de ellos navegaron desde el norte de África hasta la Cala Sa Nau, en Felanitx, a bordo de una embarcación semirrígida cargada con al menos 57 fardos de hachís.En la playa les esperaban los otros dos procesados, quienes iban a bordo de dos vehículos e iban a ser los encargados de recoger la droga y entregar a sus compinches los víveres y el combustible necesarios para hacer el camino de vuelta.No obstante, cuando unos habían descargado 31 fardos de hachís y los otros habían depositado 68 garrafas de gasolina, fueron sorprendidos por agentes de la Guardia Civil, quienes intervinieron tanto los estupefacientes como el combustible.Los tres que viajaban en la narcolancha regresaron a la embarcación y se dieron a la fuga a gran velocidad. El Instituto Armado desplegó efectivos por mar y aire y comenzaron una persecución que culminó sobre las 08.45 horas, cuando los sospechosos desembarcaron en Cala Gran, en el municipio de Santanyí, e intentaron, sin éxito, proseguir con su huida a pie.Según los cálculos, los acusados arrojaron al mar al menos 26 fardos de hachís, que fueron recuperados por los guardias civiles. Sumados a los 31 interceptados inicialmente suman algo más de 1.750 kilos de estupefacientes, que estarían valorados en 11,8 millones de euros, aproximadamente.El Ministerio Público pide para cada uno de ellos una pena de seis años de prisión como supuestos coautores de un delito de tráfico de drogas calificado como de extrema gravedad por incluir el uso de una narcolancha. También solicita que cada uno pague una multa de 23 millones de euros.
21-Nov-2024 Eran las cinco y media de la tarde del 10 de octubre de 2018. Centenares de vecinos de Sant Llorenç des Cardassar achicaban agua de pisos y comercios tras una terrible riada que se llevó por delante la vida de 13 personas. La tragedia se había producido un día antes, un martes, cuando una lluvia de dimensiones bíblicas desbordó el torrente de Begura de Salma, convirtiendo las estrechas calles del municipio en cañerías, y las casas, la mayoría de dos plantas, en trampas mortales. "Fue como un tsunami", relataban a este diario los afectados. Fue, en resumidas cuentas, una versión en miniatura de lo que pasó el 30 de octubre en el entorno metropolitano de Valencia. Pero recuperemos el hilo. Entre los 'rescatadores', llamaba la atención un hombre con un rostro muy familiar. Echaba una mano en el interior de un taller mecánico que lo perdió todo y en el que el agua llegó a los dos metros de altura. Se giró, le dio un poco el sol de media tarde y redactor y fotógrafo (Jordi Cotrina) de este diario se miraron y convinieron: efectivamente, era Rafa Nadal.Seguir leyendo....